El sueño del ángel



Alex llevaba seis meses buscando a una persona que jamás había visto, de la cual no tenía ni el nombre ni dato alguno que le indicara dónde buscarla, pero él  sabía que al encontrarla la reconocería de inmediato.  Siempre pensaba que era increíble: Seis meses viajando para encontrar a alguien desconocido.
Todo por culpa… de un sueño.
Aquella noche el tuvo el primer indicio, el primer paso que le indicaría el camino a seguir. Sólo que en ese momento no lo reconoció como una señal del destino.
Soñó que deambulaba indolentemente sin mucho interés en su camino cuando creyó oír un grito ¿de socorro? Al principio permaneció en silencio, escuchando. El grito volvió a repetirse y sí, no había duda, era un pedido de auxilio. Durante un momento él trató de convencerse de que no era asunto suyo, y siguió caminando, pero ni si quiera logró avanzar dos metros que se detuvo. En sus oídos resonaba el último grito, nacido  de una voz casi aniquilada. Se sintió sacudido por un rayo y salió disparado en dirección hacia el llamado desesperado. Allí, tras unos sauces extrañamente frondosos encontró una imagen estremecedora. Desde el suelo surgían gruesas enredaderas que se elevaban hasta los dos metros y en la cima, completamente ahogado y herido por agudas espinas, estaba un ángel, atrapado y sin posibilidad alguna de huir.Alex se acercó cautelosamente y pudo apreciar el rostro del prisionero. Parecía esculpido en mármol, pero un dolor agónico reflejado en sus ojos resaltaba su profunda humanidad, tanta que Alex dudó por un instante que fuera realmente un ángel, pero al ver las alas, antes blancas y ahora surcadas por débiles ríos de color rubí, todas sus dudas desaparecieron, así como su cautela. Llegó junto a las gruesas enredaderas y estiró la mano para liberar al ángel…


 En ese momento el despertador lo arrancó violentamente de ese sueño que casi parecía pesadilla. Alex se incorporó de golpe, con el corazón latiéndole violentamente. Se sintió desconcertado y luego molesto, por no haber podido liberar al ángel.

El fastidio le acompañó durante toda la mañana, pero el trabajo y sus otras ocupaciones alejaron el sueño de su mente durante el resto de la jornada. Sólo al anochecer antes de dormir recordó al ángel y se preguntó si se había liberado. Luego se rio, ¿Cómo iba a saber nada del ángel si el sueño se fue interrumpido? Deseó que esa noche el sueño continuara. Pero no ocurrió eso, ni esa noche ni las tres siguientes. Recién a la cuarta velada el sueño volvió a repetirse, y así comenzó a suceder que cada cuatro noches Alex soñaba con ese ángel atrapado entre espinas. Lo curioso era que nunca llegaba a liberar al ángel, pues despertaba en el momento en que se acercaba a él.
Un mes transcurrió desde el primer sueño hasta que Alex comenzó a sospechar que él era, de alguna forma, el único que podía completar la historia. Así fue que resolvió iniciar una búsqueda para dar con el ángel y liberarlo por fin. Por supuesto que al principio se le ocurrieron mil razones para descartar la idea, desde la palabra “locura” hasta problemas en su trabajo, sin mencionar que ni él mismo podía entender ni explicar porqué era tan importante saber el final de ese sueño.
El rumbo se fue forjando solo, desde el permiso condescendiente y sin muchas preguntas de su jefe, hasta lo que ocurrió la víspera de iniciar el viaje. Esa noche, Alex volvió a tener el sueño del ángel, pero ésta vez creyó notar algo diferente en ese rostro sufriente, como un débil destello de esperanza. Pero lo más extraordinario ocurrió cuando despertó. Sintió algo en su mano, pero no quiso seguir el impulso de cerrarla con fuerza, sino que la abrió suavemente. Una pequeña pluma blanca refulgía en la penumbra previa al amanecer.
Alex se incorporó, guardó la pluma en el bolsillo de su camisa, luego agarró su mochila y salió de su casa.
Su viaje iniciaba pero cuando y donde acabaría es tema para otra historia. Una que no tardará en conocerse.


FIN DE LA 1º PARTE



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Comentarios

MyM ha dicho que…
Me encantó, Vaeneria. Tiene misterio, encanto y hasta cierta sensualidad, te diría. Me lo imagino todo hermoso, pero eso se develará más adelante, ¿cierto? Un abrazo, amiga.
LAO ha dicho que…
Me quedo esperando el resto de la historia. Mi reflexión es que los sueños son muchas veces mas reales que la misma realidad, sobre todo cuando vivimos en forma ficticia. Un saludo afectuoso, recién regreso de un viaje.

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