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Mostrando entradas de julio, 2010

Cita a ciegas

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La cita se concretó por internet, como era tan común ahora. Ambos se habían conocido de forma virtual, por una red social, ya que eran seguidores de la misma banda de música. Luego de varias charlas vía chat, acordaron un día y horario para conocerse personalmente. Pero todo salió mal… Apenas se vieron en la cafetería se reconocieron, no sólo por las fotografías compartidas sino también por el brillo que cada uno vio en los ojos del otro. Fue un momento de sueño fugaz. Luego de presentarse y pedir el inevitable café, hablaron largo rato sobre la música. Él tocaba la guitarra eléctrica y ella el piano. De inmediato surgió la idea de crear una melodía juntos. A medida que avanzaba la charla fueron descubriendo fascinantes gustos y características comunes, al tiempo que también iban notando profundas pero salvables diferencias. El reloj corría por momentos y se detenía otros, hasta que finalmente se hizo notar, oscureciendo el cielo y recordándole a ella que ya era momento de regresar a s

Empleos

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Ella sintió un nuevo escalofrío, un débil temblor que le recorrió el cuerpo. Ya llevaba quince minutos esperándolo. ¿Porqué siempre llegaba tarde? Tendría que recordarle la importancia de su trabajo. Ahí venía, apurado como siempre. -Perdón por la demora, me quedé dormido. Además el ascensor no anda, y solo a vos se te ocurre hacer un intercambio así en la terraza de un edificio de diez pisos. Uff… estoy que no doy más, y apenas está amaneciendo… no ni eso, está oscuro todavía. -Si hubieras salido temprano subías esas escaleras sin correr.-dijo ella con ligera impaciencia y agregó resuelta- Ahora, ¿trajiste mi paga? -Sí, claro, pero primero el manuscrito. Ella sacó un sobre de papel madera de su bolso y se lo entregó, sin quitarle los ojos de encima y sin pestañear. Las manos de él temblaban un poco cuando recogió el sobre incluso mientras le pasaba un maletín negro a ella. Seguir Leyendo... -Gracias-dijo luego-. Avisale al señor Smith que su relato va a salir publicado en el próximo n

Ciencia misteriosa

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En el baúl del auto del señor Pérez se escondía un secreto, uno que podía granjearle la admiración del mundo, o, si algo salía mal, el mayor desprecio. Pero él estaba totalmente seguro que nada podía salir mal, así que cerró bien el baúl y entró al estudio de televisión. -¡Buenas noches, señoras y señores! , dijo el presentador, Es un gran placer para nuestro programa recibir a un gran científico, una verdadera autoridad en el campo de la investigación genética. ¡Ahora aquí, en Ciencia misteriosa el director del Instituto de Genética, el señor Adrian Pérez! Los espectadores entusiastas que estaban presenciando el programa en vivo desde las tribunas aplaudieron con verdadero fervor. El señor Pérez entró en escena con su mejor atuendo de científico y una expresión de triunfo en el rostro. -Buenas noches-dijo el presentador-. Tengo entendido que viene a contarnos los últimos avances de su investigación. -Sí, respondió el científico, vengo a mostrar al mundo mis avances en el conocimiento

Tropiezo mortal

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-Las huellas del crimen están algo difusas pero aún así no hay duda de que esto fue… -Un accidente, nada más. Luna Guerrero, detective de alma y profesión, se volvió hacia su amigo y asistente Matt Withman, tomó aire y le preguntó con suavidad: -¿Cómo? ¿Qué fue lo que dijiste? Matt frunció el entrecejo. -Sabés que no me gusta que me hables como a un nenito, no olvides que tengo casi tu misma edad… y no sos precisamente una adolescente. -Es verdad, ese rango te corresponde a vos, yo tengo veintiséis años, tres más que vos, pero tus pensamientos siempre fueron… muy estrechos, no te detenés a observar más allá de lo evidente. Te falta poder de observación. -En este caso no hace falta poder de observación, es obvio lo que pasó: el tipo salió de su casa, se pegó una patinada con un charco de agua, se rompió la cabeza y se mató. -Mmmm… me impacta lo sutil y profesional de tu narración. Realmente no te imagino transmitiendo esta noticia a la familia de ese pobre hombre. Te falta tacto, deli