Equipo



“Toma mi sonrisa…”

Caramba, no sé cómo continuar este relato, no se me ocurre nada. Por si eso no fuera suficiente, mi pluma escribe cortado. ¿será que no tiene tinta?

-Nada de eso, tinta es lo que me sobra-dijo una voz-. Si escribo mal es culpa tuya.

Ok, Las cosas son graves cuando una estilográfica comienza a hablar y además a culparme de no funcionar correctamente. ¿O sí? Hice un enorme esfuerzo por alejar la imagen del chaleco de fuerza y pregunté:

-¿Porqué es mi culpa que escribas mal?

-Eres menos atenta de lo qué pensé -dijo irritada-. Debe ser por eso que hace un rato me dejaste caer de tu mano. ¿Sabes lo molesto que es darse de cabeza contra una mesa de madera? A ver si prestas más atención.

-Bueno, bueno, cortemos con la agresividad o no vamos a entendernos.

La estilográfica emitió un gruñido acompañado de un brusco movimiento que ocasionó un manchón en mi hoja.

-¡Hey! ¿Por qué hiciste eso?

-Ya es hora de que ustedes dos aprendan a conocer mi importancia.

-¿”Nosotros dos”? ¿Yo y quien más?

-Vos y esa arrogante de la hoja en blanco, que se cree que puede asustarme sólo por estar limpia. ¡Ja! Como si ambas no supiéramos que la protagonista aquí soy yo.

-Bien, lamento pincharte la ilusión pero ni la hoja en blanco ni vos tendrían razón de ser si no fuera por mí. Yo las necesito. Necesito que trabajen juntas para que yo pueda volcar mis palabras y sentires, para no guardarlos, para no almacenar mis relatos en mi mente de forma egoísta. Las tres, ustedes y yo formamos no sólo un equipo de trabajo sino también un grupo de amigas…

Ante esta palabra la pluma volvió a moverse formando ondulaciones, rápidas y cortantes al principio y luego lentas, como si meditara algo. La tomé suavemente.



Seguir Leyendo...



-Te dije que somos amigas. ¿No se dan cuenta ustedes dos de que son el cuerpo y la sangre que da vida a mis relatos, pero también a mis reflexiones, frases sueltas, borradores e incluso poemas bastante malos? Ustedes no son sólo una hoja en blanco y una pluma estilográfica, son mi propia voz, mi espíritu materializado, mi medio de expresión, mi granito de arena para mejorar el mundo (o al menos “mi mundo”) ¿No se dan cuenta de que gracias a ustedes yo logro sentirme más viva, aún en momentos de esa soledad que es tan mala, incluso mortal? ¿Entienden ahora lo que significan para mí?

La pluma se movió y formó una palabra: Alma.

-¿Es eso, verdad?-preguntó luego-Nosotros damos aire y libertad a tu alma al permitirte usarnos tanto para crear relatos como para escribir una simple frase. Empiezo a comprender eso del equipo y la amistad. Tal vez nosotras estábamos tan ocupadas discutiendo si importa más el papel que la tinta que nunca nos detuvimos a preguntarnos porqué nos necesitabas tanto. Nunca prestamos mucha atención a lo que escribías… Ahora, haciendo memoria, comienzo a darme cuenta de que siempre que parecías preocupada por algo acudías a nosotras. Algunas veces parecías inspirarte y nos hacías trabajar tanto que me daba sed y comenzaba a escribir cortado para que te dieras cuenta de que necesitaba un buen trago de tinta. Sin embargo a veces yo notaba que me sujetabas sin mucha fuerza, como si estuvie--- (ah, gracias, ya tenía sed, ahora estoy mejor), decía, como si estuvieras ausente pensando en muchas cosas, menos en nuestra presencia. Otras veces, las peores, me sujetabas con muchísima fuerza, intentando exprimir toda mi sangre y obligarme a escribir cuando en realidad todo era porque te sentías presionada por el reloj y eso causaba que no se te ocurriera ni una sola frase. Ah, era eso lo que te pasaba hace rato, por eso me enojé y comencé a escribir cortado (aunque admito que tenías razón en que me quedaba poca tinta).

Luego comenzó a garabatear distraídamente la hoja, de mismo modo que lo hacía yo cuando hablaba por teléfono.

Permanecí largo rato pensando en sus palabras. Luego ella volvió a escribir.

“Gracias por ser mi amiga y considerarme parte de tu equipo.”

Sus palabras quedaron flotando ante mis ojos como rodeadas de una suave niebla…

Cuando abrí los ojos estaba apoyada sobre el escritorio, con la mejilla pegada a la hoja en blanco y la mano sujetando la pluma. Vi que la hoja no estaba en blanco.

Sonreí, aún adormecida, tomé la pluma con delicadeza y empecé a escribir.

“Toma mi sonrisa, aquella que sólo ustedes, mi pluma amiga y la infaltable hoja en blanco, saben ver. Ustedes, únicas testigos de la felicidad que siento al volcar la azulada sangre de una en el puro y dispuesto cuerpo de la otra. Al trabajar con ustedes siento que, en cierta forma, las tres formamos parte de una misma y única alma. Siempre me acompañarán y yo siempre las necesitaré. Nuestro equipo es único y eterno.”

FIN







Bookmark and Share

Comentarios

LAO ha dicho que…
Muy lindo e imaginativo. Estate tranquila que no estás orate, no te voy a denunciar. Espero que la pluma, el papel y vos hagan una linda amistad. Aunque estoy seguro de que sí. Muchos saludos.
Vaeneria ha dicho que…
Mi equipo y yo estamos felices de poder limar nuestras diferencias y crear relatos que tengan la capacidad de llegar a quienes los leen.
Somos un equipo con diferentes ideas pero cuando nos decidimos hacemos magia.
Parte de esa magia viene de ustedes.
Saludos :)

Entradas populares de este blog

Cuerpo blanco, sangre azul.

Miedo

Profesionales de la incultura