Empleos
Ella sintió un nuevo escalofrío, un débil temblor que le recorrió el cuerpo. Ya llevaba quince minutos esperándolo. ¿Porqué siempre llegaba tarde? Tendría que recordarle la importancia de su trabajo. Ahí venía, apurado como siempre.
-Perdón por la demora, me quedé dormido. Además el ascensor no anda, y solo a vos se te ocurre hacer un intercambio así en la terraza de un edificio de diez pisos. Uff… estoy que no doy más, y apenas está amaneciendo… no ni eso, está oscuro todavía.
-Si hubieras salido temprano subías esas escaleras sin correr.-dijo ella con ligera impaciencia y agregó resuelta- Ahora, ¿trajiste mi paga?
-Sí, claro, pero primero el manuscrito.
Ella sacó un sobre de papel madera de su bolso y se lo entregó, sin quitarle los ojos de encima y sin pestañear. Las manos de él temblaban un poco cuando recogió el sobre incluso mientras le pasaba un maletín negro a ella.
-Gracias-dijo luego-. Avisale al señor Smith que su relato va a salir publicado en el próximo número de nuestra revista.
Ella guardó un sobre pequeño y blanco en el bolsillo interior de su largo abrigo negro, y un paquete envuelto en papel de regalo en su bolso. Luego regresó el maletín.
-Gracias-dijo ella con un tono complaciente pero formal-. Una vez más, el señor Smith le agradece la confianza que su revista demuestra al aceptar publicar sus escritos y reitera su total disposición para trabajar conjuntamente en la edición definitiva de su primer libro de relatos, aclarando por supuesto que las comisiones y ganancias serían compartidas, previo acuerdo firmado. Por mi parte agradezco el esfuerzo que hacen sus “rastreadores”, su trabajo me da excelentes ganancias.
Él esbozó una sonrisa tímida e hizo una inclinación de cabeza.
-Gracias a ustedes. Estee… estamos en contacto. Hasta pronto.
-Adiós.
Mientras caminaba hacia el estudio del señor Smith, ella abrió el paquete envuelto en papel de regalo. Un libro de páginas amarillentas pero bien conservado se reveló ante sus ojos, que brillaban tanto como su sonrisa.
-“Ilusiones”, de Richard Bach, primera edición traducida.-leyó- Realmente no hay nada como leer un libro en su primera edición. Es… especialísimo.-murmuró abrazando el libro- ¡Amo mi trabajo! Y pensar que hay otros que sólo harían este trabajo… por dinero en efectivo.
Y comenzó a leer, al mismo tiempo que el sol iniciaba nuevamente su viaje astral.
FIN
Comentarios
Besosssssss
Un besooo!!
Saludos :)